Trabajamos, compramos, vendemos y construimos relaciones sociales; discutimos sobre política, economía y ciencias, pero en el fondo somos niños que cuentan chistes en el teatro de la existencia sin nunca advertir su complejidad. Escribimos millones de libros y los almacenamos en bibliotecas inmensas, pero no somos más que críos. No sabemos casi nada de lo que realmente somos: millones de niños que, durante décadas y décadas, jugamos en este planeta deslumbrante.
Atentamente: El vendedor de sueños.
domingo, 27 de marzo de 2011
viernes, 18 de marzo de 2011
crazy
Se volvió loca. Corrección. LA volvió loca. Con su estúpida sonrisa, sus pérfidas palabras, su sentimiento de superioridad injustificado, sus patéticas miradas y su perdido sentido de lo correcto.
Y, una vez loca, la acercó al precipicio y la invitó a caer.
Y, una vez loca, la acercó al precipicio y la invitó a caer.
miércoles, 16 de marzo de 2011
Rememberme
Pero ¿qué podía hacer? Puedo luchar contra mil cosas, puedo ser la persona más fuerte del universo, porque a base de palos…te haces más fuerte, porque cada vez que te caes tienes más ganas de levantarte… Pero recuerda esto, nunca, jamás, podrás luchar contra los recuerdos. Aunque seas…no se, aunque seas miss mundo y la mejor persona del planeta, nunca podrás borrar los recuerdos de otra persona, nunca serás más de lo que ella fue.
Y ese era el problema, que yo no tenía fuerzas para luchar por algo que aún no era nada. Él no era Rubén… Por Rubén daría mi vida si hiciera falta, porque habíamos pasado mil momentos inolvidables, porque me había hecho sentir como nadie, y aunque hubiéramos tenido nuestros roces más tarde, me daba igual. Puedes colocar en una balanza todo lo malo y todo lo bueno, y aunque lo malo duela, y pese más, siempre habrá un pequeño detalle que desequilibre esa balanza; y él tenía detalles miraras donde mirases.
Y ese era el problema, que yo no tenía fuerzas para luchar por algo que aún no era nada. Él no era Rubén… Por Rubén daría mi vida si hiciera falta, porque habíamos pasado mil momentos inolvidables, porque me había hecho sentir como nadie, y aunque hubiéramos tenido nuestros roces más tarde, me daba igual. Puedes colocar en una balanza todo lo malo y todo lo bueno, y aunque lo malo duela, y pese más, siempre habrá un pequeño detalle que desequilibre esa balanza; y él tenía detalles miraras donde mirases.
martes, 15 de marzo de 2011
open
Y vuelta a llamar a la puerta de tu corazón.
Sé que abrirás, me mirarás por encima del hombro y, después de sonreir con suficiencia, me invitarás a entrar para ver lo bien que te va.
Sé que me dirás que sientes no poder hacerme un hueco en tu corazón, que la habitación de invitados vuelve a estar ocupada.
Y me mostrarás uno a uno todos tus trofeos, y destacarás el que tiene mi nombre para que nunca olvide que yo también caí en la cuenta.
Y de todas formas, incluso sabiéndolo, llamo a la puerta.
¿Merecen cinco segundos en tu corazón una vida de autocompasión? Da igual, ya has abierto la puerta.
Sé que abrirás, me mirarás por encima del hombro y, después de sonreir con suficiencia, me invitarás a entrar para ver lo bien que te va.
Sé que me dirás que sientes no poder hacerme un hueco en tu corazón, que la habitación de invitados vuelve a estar ocupada.
Y me mostrarás uno a uno todos tus trofeos, y destacarás el que tiene mi nombre para que nunca olvide que yo también caí en la cuenta.
Y de todas formas, incluso sabiéndolo, llamo a la puerta.
¿Merecen cinco segundos en tu corazón una vida de autocompasión? Da igual, ya has abierto la puerta.
domingo, 13 de marzo de 2011
doyouremember?
¿Recuerdas cuando éramos felices?
No, no es una pregunta retórica. Lo pregunto en serio.
No recuerdo todo lo bonito que teníamos, se me han deshilachado los recuerdos, y poco a poco los contornos de tu cara se han difuminado hasta no ser más que otro monigote más que recordar.
¿Adónde fueron todas nuestras promesas? Y si lo nuestro era para siempre, ¿entonces ya nos hemos salido del tiempo?
Lo siento, creo que debería callarme, al fin y al cabo no puedes oírme y voy a acabar quedándome ronco.
Pero bueno, sabes que estaré mañana aquí de nuevo susurrándote al oído de nuevo palabras dulces.
A veces en tus silencios encuentro más respuestas que en las palabras del resto de la gente...
No, no es una pregunta retórica. Lo pregunto en serio.
No recuerdo todo lo bonito que teníamos, se me han deshilachado los recuerdos, y poco a poco los contornos de tu cara se han difuminado hasta no ser más que otro monigote más que recordar.
¿Adónde fueron todas nuestras promesas? Y si lo nuestro era para siempre, ¿entonces ya nos hemos salido del tiempo?
Lo siento, creo que debería callarme, al fin y al cabo no puedes oírme y voy a acabar quedándome ronco.
Pero bueno, sabes que estaré mañana aquí de nuevo susurrándote al oído de nuevo palabras dulces.
A veces en tus silencios encuentro más respuestas que en las palabras del resto de la gente...
domingo, 6 de marzo de 2011
Todo eso de que los besos de ciertas bocas saben mejor es un cuento que me sé desde el día que me dio dos besos y me dijo su nombre.
No hace falta que me digáis eso de que perdéis la cabeza por eso de que sus caderas.. Ya sé de sobra que tiene esa sonrisa y esas maneras...y todo el remolino que forma en cada paso de gesto que da. Pero además la he visto seria, ser ella misma, y en serio que eso no se puede escribir en un poema.
Por eso, eso que me cuentas de que mírala cómo bebe las cervezas y cómo se revuelve sobre las baldosas y qué facil parece a veces enamorarse. Todo eso de que ella puede llegar a ser ese puto único motivo de seguir vivo y a la mierda con la autodestrucción...
Todo eso de que los besos de ciertas bocas saben mejor es un cuento que me sé desde el día que me dio dos besos y me dijo su nombre.
Pero no sabes lo que es caer desde un precipicio y que ella aparezca de golpe y de frente para decirte, venga, hazte un peta y me lo cuentas. No sabes lo que es despertarte y que ella se retuerza y bostece, luego te abrace, y luego no sepas cómo deshacerte de todo el mundo.
Así que supondrás que yo soy el primero que entiende el que pierdas la cabeza por sus piernas y el sentido por sus palabras y los huevos por un minimo roce de mejilla.
Que las suspicacias, los disimulos cuando su culo pasa, las incomodidades de orgullo que pueda provocarte son algo con lo que ya cuento.
Quiero decir que a mí de versos no me tienes que decir nada, que hace tiempo que escribo los míos. Que yo también la veo. Que cuando ella cruza por debajo del cielo solo el tonto mira al cielo. Que sé como agacha la cabeza, levanta la mirada y se muerde el labio superior. Que conozco su voz en formato susurro
y formato gemido y en formato secreto. Que me sé sus cicatrices
y el sitio que la tienes que tocar en el este de su pie izquierdo para conseguir que se ría, y me sé lo de sus rodillas y la forma que rozar las cuerdas de una guitarra.
Que yo también he memorizado su numero de telefono pero también el numero de sus escalones y el numero de veces que afina las cuerdas antes de ahorcarse por bulerías. Que no solo conozco su última pesadilla, también las mil anteriores, y yo sí que no tengo cojones a decirla que no a nada porque tengo más deudas con su espalda de las que nadie tendrá jamás con la luna (y mira que hay tontos enamorados en este mundo). Que sé la cara que pone cuando se deja ser completamente ella, rendida a ese puto milagro que supone que exista.
Que la he visto volar por encima de poetas que valían mucho más que estos dedos, y la he visto formar un charco de arena rompiendo todos los relojes que la puso el camino, y la he visto hacerle competencia a cualquier amanecer por la ventana: no me hablen de paisajes si no han visto su cuerpo. Que lo de "mira sí, un polvo es un polvo", y eso del tesoro pintado de rojo sobre sus uñas y solo los sueños pueden posarse sobre las cinco letras de su nombre.
Que te entiendo. que yo escribo sobre lo mismo. sobre la misma.
Que razones tenemos todos.
pero yo
muchas más que vosotros.
Por eso, eso que me cuentas de que mírala cómo bebe las cervezas y cómo se revuelve sobre las baldosas y qué facil parece a veces enamorarse. Todo eso de que ella puede llegar a ser ese puto único motivo de seguir vivo y a la mierda con la autodestrucción...
Todo eso de que los besos de ciertas bocas saben mejor es un cuento que me sé desde el día que me dio dos besos y me dijo su nombre.
Pero no sabes lo que es caer desde un precipicio y que ella aparezca de golpe y de frente para decirte, venga, hazte un peta y me lo cuentas. No sabes lo que es despertarte y que ella se retuerza y bostece, luego te abrace, y luego no sepas cómo deshacerte de todo el mundo.
Así que supondrás que yo soy el primero que entiende el que pierdas la cabeza por sus piernas y el sentido por sus palabras y los huevos por un minimo roce de mejilla.
Que las suspicacias, los disimulos cuando su culo pasa, las incomodidades de orgullo que pueda provocarte son algo con lo que ya cuento.
Quiero decir que a mí de versos no me tienes que decir nada, que hace tiempo que escribo los míos. Que yo también la veo. Que cuando ella cruza por debajo del cielo solo el tonto mira al cielo. Que sé como agacha la cabeza, levanta la mirada y se muerde el labio superior. Que conozco su voz en formato susurro
y formato gemido y en formato secreto. Que me sé sus cicatrices
y el sitio que la tienes que tocar en el este de su pie izquierdo para conseguir que se ría, y me sé lo de sus rodillas y la forma que rozar las cuerdas de una guitarra.
Que yo también he memorizado su numero de telefono pero también el numero de sus escalones y el numero de veces que afina las cuerdas antes de ahorcarse por bulerías. Que no solo conozco su última pesadilla, también las mil anteriores, y yo sí que no tengo cojones a decirla que no a nada porque tengo más deudas con su espalda de las que nadie tendrá jamás con la luna (y mira que hay tontos enamorados en este mundo). Que sé la cara que pone cuando se deja ser completamente ella, rendida a ese puto milagro que supone que exista.
Que la he visto volar por encima de poetas que valían mucho más que estos dedos, y la he visto formar un charco de arena rompiendo todos los relojes que la puso el camino, y la he visto hacerle competencia a cualquier amanecer por la ventana: no me hablen de paisajes si no han visto su cuerpo. Que lo de "mira sí, un polvo es un polvo", y eso del tesoro pintado de rojo sobre sus uñas y solo los sueños pueden posarse sobre las cinco letras de su nombre.
Que te entiendo. que yo escribo sobre lo mismo. sobre la misma.
Que razones tenemos todos.
pero yo
muchas más que vosotros.
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