Trabajamos, compramos, vendemos y construimos relaciones sociales; discutimos sobre política, economía y ciencias, pero en el fondo somos niños que cuentan chistes en el teatro de la existencia sin nunca advertir su complejidad. Escribimos millones de libros y los almacenamos en bibliotecas inmensas, pero no somos más que críos. No sabemos casi nada de lo que realmente somos: millones de niños que, durante décadas y décadas, jugamos en este planeta deslumbrante.
Atentamente: El vendedor de sueños.
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